El principio de funcionamiento oscilante de las bombas de diafragma para líquidos implica que no hay un flujo líquido constante, sino secuencias de fluido cuando la válvula de salida está abierta. A diferencia de los gases, los líquidos no se pueden comprimir y no absorben energía, sino que la transfieren. Como consecuencia, se generan fuerzas superiores en los componentes de la bomba y se produce una resistencia hidráulica entre la cámara del diafragma y la carga final. Los pulsos de volumen se transforman en pulsos de presión a lo largo del tubo en la salida.
A pesar de ser habitual en todas las bombas volumétricas, la pulsación de alta presión es una característica de rendimiento de la bomba cuyo impacto es necesario reducir para evitar una serie de efectos molestos en el equipo y los resultados del proceso. El exceso de pulsación incrementa el desgaste de los componentes de la bomba y genera fuertes vibraciones que, a su vez, provocan mayores niveles de ruido. Al mismo tiempo, puede llevar a la formación de pequeñas burbujas de espuma en el líquido bombeado y, en algunos casos, dañar el medio transferido.
En concreto, los picos de presión son indeseables en ciertas aplicaciones porque impiden obtener un producto final de alta calidad constante. Por ejemplo, en la impresión por chorro de tinta (una aplicación común de las bombas de diafragma para líquidos), si la pulsación es muy alta, el flujo de tinta puede ser irregular y afectar negativamente a la calidad de impresión. Además, el exceso de energía puede deteriorar las tintas más sensibles. En este sector, las bombas de baja pulsación son esenciales para alcanzar el éxito comercial.